Monday, April 6, 2009

Papalote.

10 o 15 metros de hilo y ahí estaba, volaba sin volar, más bien parecía que pertenecía al viento. Le tengo envidia porque se le ve tan libre, ligero, brillante y pienso que tal vez el envidie mis problemas, mi pesadez, mi posición de poder observar algo mejor. Al final siempre hay algo más, algo que envidiar y algo que apreciar. Poco a poco el viento amaina y el empieza a caer, primero casi imperceptiblemente para luego arrojarse al suelo, como si lo deseara, como si toda esa belleza voladora hubiese sido falsa y deseara terminar con todo, cae estrepitosamente pero su intento no fue fructífero y esta bien, sin un rasguño y en el fondo me da lastima y me río de su intento fallido por terminar con todo y casi sádicamente vuelvo a correr con el en mano, soltando poco a poco el hilo hasta que lo veo de nuevo volando... creíste que sería tan sencillo? ja!... yo también lo creí alguna vez.

Al final del día seguía intacto, decidí que era su tiempo. Lo enrollé y deje que se me olvidara, para luego lamentar el olvido. Por qué hago esas cosas.

4 comments:

Zed said...

La libertad es demasiada responsabilidad. En tal caso, prefiero el libertinaje.

(Por cierto, de palabra verificadora me salió "MULTA". ¿Será una señal divina?)

vagancias said...

jeje, ps cuidado zeta, no vaiga a ser.

Bernabé said...

Nunca es sencillo, antes pensaba que debería de serlo, pero después te das cuenta que la vida es así, hay altas y bajas, creo que deberíamos aprender a valorar más los momentos altos de nuestra vida, cuando nos sentimos como tu papalote: ligeros, libres.

älice said...

Que dura es la libertad.